Dispongo de una amplia formación académica en psicología y psicoterapia, junto a mi experiencia en el acompañamiento de personas en sus procesos, que he llevado a cabo durante más de 25 años, que me otorga la confianza y la seguridad para atender cualquier problema psicológico. Más allá de la experiencia y los conocimientos, para mí aún son más importantes mis experiencias vitales para ayudar a las personas, desde la empatía, la confianza, la humildad y el amor, como valores fundamentales. En consecuencia, también he realizado y sigo actualmente con mi trabajo sobre crecimiento personal, recibiendo terapia y realizando supervisión, además de mi formación continua en psicoterapia. Sólo de este modo puedo ser coherente con lo que desarrollo en las sesiones, resultando cercano y empático.

Para mí la psicoterapia es todo un arte y un privilegio, que merece desarrollarse de la forma más armoniosa posible y, en consecuencia, he integrado en mi vida y en mi labor diaria el siguiente aforismo de la madre Teresa de Calculta:

“Que nadie se acerque jamás a ti sin que al irse se sienta un poco mejor y más feliz”.

Y, por último, quiero compartir algo especial e íntimo sobre mi proyecto de psicoterapia y mi consulta. Por alguna razón escogí el árbol de la vida, con el cerebro por debajo del árbol, como símbolo de los pensamientos que crean vida. Para mí constituye una visualización continua a diario y se ha convertido en algo a lo que siempre le doy sentido, porque nuestros pensamientos nos condicionan y, en consecuencia, nos conducen en la vida. Siento que mi misión es la de acompañar para mejorar la vida de las personas y así lo hago con mucho amor.