Muchas personas acuden al médico con dolores persistentes, fatiga crónica, insomnio o problemas gastrointestinales… y salen con análisis normales. Sin embargo, continúan sintiéndose mal. En algunos casos, lo que se esconde detrás no es un problema físico, sino una depresión enmascarada.
Este tipo de depresión no se expresa de forma evidente con tristeza, sino a través de síntomas físicos que no encuentran explicación médica. El cuerpo habla lo que la mente no puede expresar.
¿Qué es la depresión enmascarada?
Es una forma de depresión que se manifiesta principalmente a través del cuerpo. A menudo, la persona no identifica que está deprimida, ya que no siente tristeza intensa ni llora, pero sí sufre un deterioro en su bienestar físico y funcional.
Entre los síntomas frecuentes están:
- Dolores de cabeza tensionales o migrañas
- Dolor de espalda o musculares sin causa aparente
- Problemas digestivos (náuseas, diarreas, acidez)
- Sensación de fatiga constante
- Palpitaciones o sensación de ahogo
- Trastornos del sueño
- Mareos o vértigos
¿Por qué ocurre?
En algunas personas, especialmente aquellas con dificultades para identificar o expresar sus emociones, la tristeza, el estrés o la angustia se canalizan de forma corporal. Esta somatización es una defensa inconsciente ante un malestar psicológico no reconocido.
También puede estar influida por factores culturales o educativos que reprimen la expresión emocional, o por vivencias traumáticas no elaboradas.
Cómo se diagnostica
Es común que las personas con depresión enmascarada den muchas vueltas por el sistema sanitario sin obtener respuestas. Solo cuando se realiza una evaluación psicológica profunda puede emerger el componente depresivo subyacente.
Un psicólogo o psicóloga puede ayudarte a:
- Explorar el vínculo entre tus síntomas físicos y tu estado emocional
- Identificar pensamientos o situaciones que generan malestar
- Trabajar la conexión entre cuerpo y mente
- Desarrollar estrategias de autorregulación emocional
¿Tiene tratamiento?
Sí. Al tratar la raíz del problema (el componente depresivo), los síntomas físicos tienden a reducirse o desaparecer. La psicoterapia, especialmente cuando se combina con técnicas de conciencia corporal o EMDR, puede ser muy eficaz. En algunos casos, puede ser necesario apoyo farmacológico.
Si arrastras molestias físicas que no tienen explicación médica clara y te sientes emocionalmente desconectado, podrías estar experimentando una depresión enmascarada. Escuchar tu cuerpo es el primer paso para empezar a sanar.